Podemos afirmar que la literatura comenzó cuando se inventó la imprenta (de la mano de Johannes Gutenberg) en el siglo XV y se comenzó a difundir la palabra escrita. Más adelante, en el siglo XVII, se denominaba a la literatura como poesía o elocuencia. Entonces se entendía por poesía cualquier texto, independientemente de su género y no necesariamente en verso.
Recién en el siglo XVIII se utilizó por primera vez la palabra literatura con el significado actual. De todos modos, existe una duda con respecto a qué se puede o no considerar literatura, ya que hay tipos de textos que parecieran no encasillar en ningún género, por ejemplo, una autobiografía o una noticia.
En Inglaterra, en el siglo XVIII, se cuestionó qué entraba dentro del concepto literatura y qué no, básicamente se tenía consideración por los escritos que producían aquellos que pertenecían a la clase alfabetizada, instruida. Había cartas, ensayos, textos filosóficos y poesía en la literatura inglesa de ese momento, pero textos como las novelas tenían mala reputación y por eso no entraban en consideración. Terry Eagleton define que los criterios de ese entonces para etiquetar algo como literatura o no eran ideológicos e iban de acuerdo a los valores y los gustos de la clase dominante.
Para Roland Barthes, la literatura no es un conjunto de obras o una categoría, sino que más bien es la práctica de la escritura. Wolfgang Kayser planeó, a mediados del siglo XX, hacer un cambio en el término literatura, utilizando en su lugar “belles lettres” para que se pueda diferenciar el texto escrito del habla.
Sería importante marcar que no es considerado como literatura a los escritos basados en dibujos, como los jeroglíficos de los egipcios.
